sábado, 15 de diciembre de 2012

Libros para superar la crisis.

Novela:

"Me hallará la muerte". Nueva novela de Juan Manuel de Prada ambientada en la División Azul.


"El tiempo de los emperadores extraños". Novela de Ignacio del Valle que forma parte de la trilogía sobre el teniente divisionario Arturo Andrade. Esta novela inspiró la película "Silencio en la nieve"





"Niños feroces". La novela del reciente premio Planeta, Lorenzo Silva.


"La dignidad de la pobreza". El debut como novelista de Pedro Cantero.



"La playa de los alemanes". La exitosa novela de Javier Compás


"El niño que bombardeó París". Novela de Antonio D. Olano. Ed. Actas.




Ensayo político.

"Víctimas del silencio. El acoso de ETA a la Falange durante los años de plomo". El libro de Iván García Vázquez que muchos hubieran querido prohibir.




"La España defendida". Un muy interesante libro lleno de propuestas de Carlos Martínez-Cava.


Historia.

"La mujeres de la División Azul". Un libro de Isabel Uriarte.


"Falangistas". Un libro de la Historia falangista en fotografías. De Gustavo Morales y Luis E. Togores.


"La pasión de José Antonio". El éxito biográfico sobre el fundador de Falange escrito por José María Zavala.


"Los combates de Krasny Bor". Un libro de Salvador Fontenla. Ed. Actas.



Poesía.

"Libro homenaje a Daniel Pato Movilla". Un buen libro de poesía editado por la Fundación San Fernando.






Eugenio D'Ors. Un catalán olvidado (por José María García de Tuñón)



(José María García de Tuñon)

Había estado leyendo hacía unos días a Eugenio d’Ors. Leí un libro que se publicó en Buenos aires en el año 1941 con el título, «Introducción a la vida evangélica. Cartas a una soledad», donde, quien lo haya leído recordará que hace alusión, en la primera página, a la frase de Santa Teresa, «Sólo Dios basta», y que d’Órs añade: «No, no es cierto que sólo Dios baste. Así piensan erróneamente los deístas. Tal vez los protestantes. Pero, éstos la proclamación de su recelosa exclusividad la compensan al menos con un cultivo apasionado de la presencia real de Cristo; y ello, hasta evaporar en su representación, la condición histórica. ¿Cabrá, sin embargo, apropiarse personalmente al Hijo mejor que el Padre?». Bien, ahora no trato de escribir ninguna crítica al libro pues después de tantos años de su edición me imagino que se habrán publicado muchas. Sólo quiero referirme a unas palabras que su biógrafo, Antonino González, ha escrito en su obra «Eugenio d’Ors. El arte y la vida» publicado hace un par de años. Opina Antonino González que sobre la figura de d’Ors «estamos asistiendo en los últimos tiempos a un creciente interés por su pensamiento de lo que es prueba la avalancha de reediciones de sus obras en diversas editoriales están llevando a cabo». Si bien hay que respetar todas las opiniones, creo que el autor de estas letras exagera un poco. Habría que preguntar cuántos estudiantes conocen a este también poeta, esto es, un creador, como muy bien lo califica el doctor en Filosofía, mi buen amigo el catalán Manuel Parra Celaya. Sería mejor decir, creo, que d’Ors está en el recuerdo de algunos y en el olvido de los más. Incluso su pasado falangista todavía cuenta para tenerlo relegado. O si se quiere, un escritor que está mal «plantado», en la cultura de hoy, a pesar de ser el autor de «La Bien Plantada» que es, entre otras cosas y como dice meu bon amic, «el símbolo de esa elegancia que guió toda su obra».


(Eugenio D'Ors)

 Se podían añadir más comentarios o puntos de vista sobre el silencio a que se ha sometido la obra de Eugenio d’Ors. Por ello,  no me resisto a añadir ni pasar por alto lo que un día  Pablo d’Ors, nieto del filósofo y poeta, escribía en el suplemento cultural Blanco y Negro del diario ABC, en el que hace referencia a que quizá fuera él como una reliquia del pasado, una especie de caballero medieval, obcecado, como don Quijote, .por defender un nombre y un ideal, un castillo, una idea, Ser d’Ors era para él eso; un horizonte, una consigna, una fortaleza. No es casual que lo considerase así. Ha habido demasiados ataques para que no lo considerase así. Por de pronto el nombre de su abuelo, Eugenio  –el ingenio de esta corte, ya caduca– , había sido sistemáticamente borrado de las enciclopedias y de los manuales escolares y universitarios de lengua y literatura españolas. También, como es natural, el de su obra, casi infinita. Y sublime. Se tomó la molestia de cotejar muchos de esos manuales colegiales, los que van desde la época así llamada nacional-católica hasta los de actualidad. Y comprobó con pesar cómo las muchas páginas dedicadas a su abuelo pasaban a ser pocas, y cómo pocas se degradaban hasta convertirse en muchas líneas, pero de una sola página, y cómo esas muchas líneas, ¡ay!, se transformaban en pocas, y esas pocas en tres, dos, una, ninguna. Y terminaba con estas duras palabras: «Nada. Eugenio d’Ors ya no existe en la mayoría de las historias de la literatura. Ni siquiera los catalanes, la puerta española hacia Europa, le mencionan. Los catalanes son los peores de todos, interesados, oportunistas, frívolos con avaricia, y por eso los odio con todo el odio que cabe en mi alma catalana, que es mucho».

(Artículo tomado de diarioya.es)

viernes, 7 de diciembre de 2012

Película 'Surcos' en Intereconomía

El día 9 de Diciembre a las 16:00 horas puedes ver la película 'Surcos' en el programa 'Lágrimas en la lluvia' que dirige Juan Manuel de Prada en Intereconomía TV



Años: 1951
Director: José Antonio Nieves Conde.

Película que se enmarca dentro de la corriente de crítica social de raíz falangista surgida en la posguerra una vez que el régimen franquista se escoraba hacia la derecha tradicional y, en un intento de reconciliarse con los vencedores de la IIª Guerra Mundial, marginaba los postulados nacional sindicalistas. Frente a un cine de hazañas históricas un poco de cartón piedra y una vez abandonada la exaltación militarista del Alzamiento, películas como Surcos abordan una posible renovación del cine español, que ya mostró el mismo autor con sus apuntes realistas en  Balarrasa, en la línea del neo realismo italiano, la novela realista y el surgimiento de nuevos creadores como Berlanga y Bardem.



Nieves Conde, voluntario falangista durante la Guerra Civil, dirigió Surcos a partir de un argumento ideado por Eugenio Montes, cuyo guión fue realizado por Natividad Zaro y Gonzalo Torrente Ballester. Surcos causó polémica en su momento y fue atacada por la Iglesia al tratar temas tabú de la época como la miseria, el estraperlo y el éxodo rural, por lo que tuvo que cambiar el final antes del estreno. Además, a pesar de ganar el segundo Premio Nacional del Sindicato del Espectáculo y el primer premio del Círculo de Escritores Cinematográficos, no alcanzó el éxito comercial que merecía.


lunes, 19 de noviembre de 2012

José Antonio ¡Presente!

1936-2012

#JoseAntonioPresente

"Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia." (Testamento de José Antonio. Cárcel de Alicante, 1936)


Por una sincera reconciliación nacional.





viernes, 16 de noviembre de 2012

XVIII PREMIO INTERNACIONAL DE POESIA LUYS SANTAMARINA


Asociación Cultural Pueblo y Arte
Cieza

XVIII PREMIO INTERNACIONAL DE POESIA LUYS SANTAMARINA
bases

1- Podrán participa todos los poetas de cualquier país, con un solo trabajo inédito y sin premiar en ningún otro certamen poético.

2- La obras serán presentadas mecanografiadas por una cara en DIN (A4) por cuadriplicado con una extensión mínima de 600 versos y máxima de 1000.

3. Los poemarios se remitirán por el sistema de Plica; sobre cerrado y sin remite, en cuyo interior habrá otro  sobre el que se escribirá el Lema elegido y en donde se incluirá el mismo lema o título, nombre y datos particulares, teléfono de contacto y un resumen biográfico del concursante.

4. Los trabajos se enviarán antes del 1 de marzo de 2013, haciendo constar  en el exterior la siguiente dirección:

          ““XVIII PREMIO  INTERNACIONAL DE POESIA  LUYS SANTAMARINA, 2013”,
         Asociación  Cultural “Pueblo y Arte”, Apdo. 217/ 30530-Cieza (MU) España.

5. El Premio Internacional de Poesía Luys Santamarina, está dotado con 750 Euros y la publicación en primera edición bajo los derechos de la AC Pueblo y Arte, convocante de este certamen.

6. El Fallo del Jurado será inapelable pudiéndose a juicio del mismo, quedar desierto o conceder un máximo de dos accéssits, que no gozarán de dotación ni publicación alguna.. El Fallo se hará publico en un acto literario que se celebrará con motivo del día del libro y anunciado oportunamente.

6. El Jurado no mantendrá correspondencia con los participantes y los trabajos no premiados, que no hayan sido reclamados en dos meses, serán destruidos por la organización. El autor premiado será informado de inmediato. Así como la fecha de la presentación de la obra ganadora en lugar y fecha que se indicará a tiempo..

           El hecho de participar en esta convocatoria implica la aceptación de las presentes BASES.


lunes, 12 de noviembre de 2012

Libro homenaje a Daniel Pato Movilla

La Fundación San Fernando ha publicado un magnífico libro homenaje al poeta joseantoniano Daniel Pato Movilla.



Pato ha sido un autor prolífico de poesía que también se atrevió con el teatro.

Los poemas dedicados a José Antonio Primo de Rivera y a su obra política son de una muy buena factura que hacen de este libro un excelente regalo para las fechas que se avecinan.

Los interesados que realicen sus pedidos a través de estas direcciones de correo electrónico podrán adquirir el libro a sólo 10 euros (gastos de envío incluidos).

Pedidos a lfsota@atos.jazztel.es o también a secretaria@hermandaddelvalle.org

El límite de la dignidad (José Utrera Molina en alertadigital.com)



(El autor del artículo)
Aunque nuestras almas están ya bien saturadas de lo que podíamos denominar sorpresa y asombro, no lo están tanto como para admitir sin protesta alguna, hechos que producen una honda herida en la memoria de muchos españoles que aún viven y recuerdan en su frágil memoria hechos calificados de deleznables. Me refiero a la decisión de dedicar a quien fuera Secretario General de Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, una calle o espacio público en la capital, que ayer se adoptó por mayoría en el Ayuntamiento de Madrid, merced a la abstención del Grupo Popular.
Nadie en la historiografía contemporánea ha logrado desmentir a estas alturas la responsabilidad de quien presidía la Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid en los tremendos fusilamientos de Torrejón de Ardoz y Paracuellos del Jarama donde fueron masacrados miles de españoles, muchos menores de edad, por el solo hecho de su credo o condición. Tampoco su responsabilidad, como ejecutor de las órdenes de Stalin, en la eliminación de muchos de sus camaradas en la posguerra. Se trata ya una verdad comprobada, algo que nos sacude el corazón aunque sean ya muchísimos años los que han trascurrido desde aquella tragedia y ha dejado de ser, afortunadamente, actualidad.
Leer artículo completo en alertadigital.com http://www.alertadigital.com/2012/11/09/el-limite-de-la-dignidad/

martes, 6 de noviembre de 2012

El obispo y la División Azul (por Francisco Torres en diarioya.es)


(Nota de redacción: Si quiere enviar tu opinión al Sr. Obispo de Ciudad Real puede enviar un correo a obispado@diocesisciudadreal.es )

Se llama Antonio Ángel Algora, Obispo de Ciudad Real, Príncipe de la Iglesia y que, a partir de hoy, puede sumar a sus muchos méritos pastorales la felicitación, no sé si entusiasta, del Foro de la Memoria Histórica de Castilla-La Mancha -es decir un escuálido grupo de comunistas y progres beneficiarios de la subvención-, que aprecia la muestra de “sensibilidad” dada por este personaje al ordenar, porque los ruegos de un Obispo a una Hermandad son en realidad órdenes, que la Hermandad de la Virgen de las Angustias deje de portar el estandarte con el que desfila desde 1949 en el que figura el escudo de la División Azul.



Don Antonio Ángel Algora, Príncipe de la Iglesia, ha escogido conforme a su sabiduría, prudencia y no sé si a su Fe, entre la memoria de quienes, en gratitud a la Virgen por su protección, como muestra de su credo, decidieron crear esta Hermandad y la petición revanchista de quienes se consideran herederos ideológicos de quienes asesinaron a 1.642 de sus feligreses en la Ciudad Real republicana; de quienes jamás han pedido perdón por los asesinatos cometidos por la izquierda.
Don Antonio Ángel Algora, Príncipe de la Iglesia, ha olvidado o quizás simplemente lo desconozca, que aquellos hombres que a su vuelta decidieron procesionar con la Virgen de las Angustias, allá por el año 1944 y que tras adquirir la talla ni tenían dinero para confeccionar túnicas, también marcharon a la lucha por razón de su credo; que en aquellas fechas, en Carta Pastoral, se les consideró defensores de la civilización cristiana; que cuatro obispos firmaron indulgencias especiales para aquellos que cayeran en el frente; que centenares de jóvenes de la Acción Católica formaron en la División Azul simplemente por razón de su Fe y que aquellos que cayeron fueron considerados como mártires por la Acción Católica. Pero don Ángel Algora, setenta años después de los hechos, ha preferido atender la “sensibilidad” de quienes siguen considerando tanto a la Iglesia como a los católicos como su principal enemigo ideológico.

domingo, 28 de octubre de 2012

LA LUZ (Rafael García Serrano en El Alcázar 29/10/1984)



(Rafael García Serrano)

“Al escribir de carrerilla, casi mirando al calendario, la fecha de hoy, me he dado cuenta del día en que vivimos, al menos del día en que vivimos/morimos unos cuantos. En esta jornada municipal y torva, con un Madrid donde hay reservas para travestis como en los Estados Unidos para indios sioux. A estos y otras tribus, el Gran Jefe Blanco, en paz o en guerra, los cambiaba de praderas y tierras de caza, como quien se cambia de pensión, pero siempre tirando a peor. Aquí, no sé si en paz o en trifulca, el Gran Viejo Profesor –Gran Padre Blanco de los madriles- los traslada también a otras praderas de caza, de María de Molina a Vitrubio. Y de repente es como si me encontrase en el extranjero, a mil leguas del Madrid que yo conocí, incluso en tiempos malos, y me parece imposible que se diese tal día como hoy en este Madrid que es una pulpa sucia y apestosa, y en una mañana tan clara como la de hogaño, la consigna para toda una generación de españoles.


(Imagen de fundación de Falange Española)

       Muchas veces he contado que yo participé del discurso de José Antonio de una manera casual, auditiva, y a rachas, a través de la radio de un barecito de la Corredera Alta, con un grupo de estudiantes del Norte, navarros en su mayoría, que allí tomábamos el aperitivo. Bien, la anécdota es lo de menos, el caso es que por unas y otras cosas aquellas palabras han marcado mi vida y la de todos mis camaradas; los de mi promoción y mi contorno, los más queridos, ya en el otro mundo, por razones de sacrificio, de ley natural y de asco. Y uno piensa cuántos otoños, inviernos, primaveras y veranos han transcurrido desde entonces y cuántas ilusiones, cuántos esfuerzos, cuánta sangre, cuánto heroísmo, cuánto miedo dominado, cuánta luz ha transcurrido desde entonces y cuántos caminos abiertos se han cerrado, por el momento, al parecer, definitivamente. En el mundo todo da vueltas y en España más.

       Sólo cerca del final acierta uno a ver en qué instante se decidió su vida de manera indomeñable, salvo falta de decoro. Para mí fue aquel lejano 29 de octubre de 1933, como para otros muchos, al correr del tiempo, hasta llegar a los emocionantes jóvenes y adolescentes de hoy, que han recogido el relevo sin temblarles el pulso, con la exactitud de un buen atleta, y que conocen la doctrina y hasta la manera de ser que se anunció aquel día, cincuenta y un años hace, mejor que nosotros los viejos, porque nosotros todo aquello lo vimos nacer y crecer junto a las aulas, los campos de España, los talleres y las fábricas, primero en el corazón de manera abrumadora y luego más intelectualmente. Pero estos jóvenes que a veces aparecen por mi casa ha elegido la doctrina falangista, la doctrina joseantoniana –y en ella resumo todas las aportaciones originales de otros compatriotas- de un modo intelectual, preferentemente, aunque luego les ha desbordado el corazón, eligiendo entre otras muchas y cómodas ofertas y en instantes, ya largos, ya demasiado largos, de abatimiento nacional, cuando España agoniza.

(Mitin con el telón con el nombre de falangistas asesinados)

       Si repaso mi vida, como quien hace examen de conciencia, veo que todo su acontecer transcurre como un río brotado de aquel lejano nacedero, en razón de aquel domingo, de aquellas palabras y de las que sucesivamente fue predicando José Antonio por España, durante tres años, hasta su muerte, que aún duele y angustia como si fuese hoy. Las riberas de este río han visto mucha historia, rebeliones, guerras, Itálicas destruidas fulminantemente e Itálicas renacientes, ordenadas, florecidas al sol, y esto sólo con una pequeña brisa procedente de aquel nacedero, no con el viento varón que pudo haber engendrado o que no se aprovechó del todo para mover los molinos de la Patria, no sólo los del bienestar, sino aquellos que engendran los bienes del espíritu, de la fortaleza del país que fue llamado a cumplir una misión tal día como hoy.

       Ya vivo en pleno invierno, en esa soledad reflexiva y tierna que da el vestíbulo de la vejez. Y si hay algo de lo que me sienta contento es de mi fidelidad a aquel hombre y a aquella fecha y de esa candela abrasadora que me ilumina en esta oscuridad y que un día será luz de la madre España.”


(José Antonio Primo de Rivera)

       

viernes, 26 de octubre de 2012

Novedad editorial "Las mujeres de la División Azul"

La Editorial Barbarroja acaba de publicar "Las mujeres de la División Azul", libro con el que debuta en este campo Isabel Uriarte y que cuenta con el prólogo de uno de los principales expertos nacionales e internacionales en la División Española de Voluntarios, el profesor Luis E. Togores.


El libro ha sido presentado con éxito de público en la sede madrileña de la Fundación de la Hermandad de la División Azul.

+ info en http://infobarbarroja.blogia.com/

martes, 23 de octubre de 2012

María Cristina de Orive, última enfermera de la División Azul (Jacinto Antón en El País)

Todas eran valientes. Había que serlo para ir a Rusia. La madrileña Maria Cristina de Orive Alonso se alistó como voluntaria en 1941 para servir de enfermera en la División Azul impulsada por su coraje y por su filiación falangista. Tras sobrevivir a aquellos días de acero en el Este y prestar servicio en condiciones durísimas regresó para llevar una existencia sin tantos sobresaltos y morir este verano a los 92 años.



(María Cristina de Orive)

De Orive estaba considerada la última enfermera de la División Azul y en calidad de tal la incluyeron los estudiosos Pablo Sagarra, Óscar González y Lucas Molina en su libro Divisionarios (La Esfera, 2012).


'La dignidad de la pobreza' de Pedro Cantero

Pedro Cantero -destacado dirigente falangista durante la Transición política- acaba de publicar con muy buena acogida su primera novela 'La dignidad de la pobreza' con el sello de Ediciones Nueva República.


La novela está ambientada históricamente entre el final de la dictadura del General Primo de Rivera y el año 1936.

(El autor de la novela, Pedro Cantero)


martes, 16 de octubre de 2012

La tenora y la lira. Por Manuel Parra Celaya (diarioya.es)



A menudo, me preguntan amigos y familiares de otras regiones cuál es el «ambiente» que se vive en Cataluña; cuántos catalanes son en realidad separatistas y cuántos no; qué clima de presión o de opresión vivimos a diario dentro de las «fronteras» de nuestra Comunidad...

Me imagino que esperan respuestas exactas, casi de estadísticas de voto, y que imaginan que uno vive en una especie de «territorio comanche», con un policía lingüístico pegado a su sombra por si habla o no el catalán en privado (como José Mª Aznar).
Intento ser realista en mis respuestas, pero también ofrecer una imagen de cierta normalidad, toda la normalidad que puede darse, eso sí, en el seno de una sociedad minada por el particularismo, que decía Ortega, y en el que el Poder Central ha hecho tradicionalmente dejación de sus atribuciones por miras electorales.
Ese particularismo y no otro es el mal que aqueja a Cataluña, como igualmente aqueja, en mayor o menor medida, a otras regiones, grupos y sectores españoles, dentro de este invento o artefacto –«maquinaria» le llamaría Miguel de Cervantes– que se dio en denominar Estado de las Autonomías.
Empiezo afirmando que lo que existe es un problema español y, dentro de él, un «problema catalán», que puede adquirir tonos de más o menos virulencia. El problema español al que me refiero no es otro que aquel que fue definido por José Antonio Primo de Rivera con estas palabras:
Se dijera que pesa sobre nuestra Patria la maldición de no llegar a ser una realidad perfilada y establecida, sino un perpetuo proyecto de realidad, siempre en período de borrador inseguro. (FE. 26-4-34)

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sobre Santiago Carrillo

(Por su interés reproducimos el artículo publicado por César Vidal. Que la biografía sobre José Antonio de este autor no haga justicia al fundador de Falange Española, no impide que coincidamos con otras opiniones del mismo. Por ejemplo las que se recogen en el siguiente texto).

Pequeño saquete de maldades

César Vidal





De esa manera calificó Felipe González a Santiago Carrillo en aquellos años de la Transición tan idealizados, y que con sus polvos nos trajeron los lodos en que ahora estamos enfangados. Felipe González, por supuesto, menospreciaba al adversario y, en especial, mostraba su resentimiento consustancial hacia alguien que le podía haber causado un daño enorme.
Carrillo procedía del PSOE, donde había entrado bajo los auspicios de su padre, Wenceslao, un socialista histórico, y de Largo Caballero, el Lenin español. Sin embargo, el joven Santiago se percató desde muy pronto de que aquel PSOE no iría muy lejos en el camino de la revolución proletaria. En 1934, el retrato que aparecía, lustroso y revelador, en el despacho de Carrillo no era otro que el de Stalin, el hombre que modelaría su vida. Cuando, en octubre de ese año, el PSOE, apoyado en los nacionalistas catalanes, se alzó en armas contra el Gobierno de la República, Carrillo se hallaba entre los golpistas, pero no dio –según contaron sus compañeros de filas– muestras de valor físico. Incluso alguno se atrevió a acusarlo de haber sufrido descomposición intestinal. Fuera como fuese, Carrillo corrió a esconderse, pero acabó dando con sus huesos, brevemente, en la cárcel. Salió con la victoria del Frente Popular, y a esas alturas ya era un submarino del PCE que procedió a unificar las juventudes socialistas y comunistas bajo el control de Moscú.
De su paso por la guerra, su camarada Líster diría que "nunca asomó la gaita por un frente". Era cierto, pero no fue la suya la labor típica del emboscado. Por el contrario, convertido en el equivalente al ministro del Interior de la Junta de Madrid, llevó a cabo las matanzas de Paracuellos. El tema es discutido aún por algún apologista de la izquierda, pero hace años que Dimitrov y Stepanov zanjaron la cuestión atribuyendo directamente a Carrillo el mérito de las matanzas masivas en la retaguardia. Tampoco él lo ocultó durante años. Carlos Semprún refirió al autor de estas líneas cómo Carrillo reconocía en privado que los asesinatos en masa se habían debido a sus órdenes, aunque lo hacía sin jactancia, explicando que la guerra era así.
Cuando concluyó el conflicto, Carrillo formaba parte de los comunistas fanatizados aún creían en que Stalin descendería como deus ex machinapara arrebatar el triunfo militar a Franco. Con el despiste de no comprender lo sucedido y el ansia de ajustar las cuentas a todos, escribió una carta memorable a su padre, uno de los alzados contra Negrín en el golpe de estado de Casado, carta en la que renegaba de su condición de hijo y afirmaba que, de estar en su mano, lo mataría. Su progenitor le envió una respuesta que haría llorar a las piedras, disculpando a Carrillo y atribuyendo el episodio a Stalin. Los comunistas se habían batido como nadie contra Franco, pero, a la sazón, no pasaban de ser un montón de juguetes rotos, niños de la guerra incluidos. Stalin colocó a Pasionaria al frente del PCE, más por su servilismo que por su inexistente talento; a un desengañado Díaz se lo quitó de en medio en un episodio que nunca se supo si era suicidio o asesinato, y comenzó a buscar a alguien totalmente desprovisto de escrúpulos para encabezar el PCE futuro.
A Carrillo le tocó la lotería del dictador georgiano simplemente porque reunía todas las cualidades: amoralidad, ausencia de afectos naturales, sumisión absoluta a Moscú, disposición a derramar sangre si así se le ordenaba... Décadas después, tras un programa de televisión en que participamos ambos, Jorge Semprún me diría que Carrillo era el único superviviente de aquella generación y que se iría con sus secretos a la tumba. No se equivocó. A cambio de ser el que tuviera las riendas del poder, Carrillo firmó un pacto absolutamente fáustico con Stalin en el que la sangre la pusieron otros.
Antes de acabar la guerra mundial, Carrillo desencadenó la estúpida operación de conquista del valle de Arán pensando que podría lograr en España lo que el PCI había conseguido en Italia o el PCF pretendía conseguir en Francia. Pero Carrillo no era Togliatti y las hazañas se limitaron a fusilar a unos pocos párrocos indefensos y a llamar a la sublevación armada a unas poblaciones hartas de guerra. El fracaso, a la staliniana, tenía que contar con responsables que cargaran con él como adecuados Cirineos. Así fue. Carrillo ordenó el asesinato de los presuntos culpables del desastre a manos de sus propios camaradas. Repetiría esa conducta una y otra vez, infamando a camaradas entregados como Quiñones o Comorera simplemente para que quedara claro que él no se equivocaba y que si los resultados no eran los esperados se debía a los traidores infiltrados. Y, sin embargo, ¿quién sabe? Carrillo y sus seguidores cercanos eran tan obtusos que, quizá, en lugar de chivos expiatorios de la ambición, las víctimas sólo fueron las paganas de la roma mentalidad de los comunistas. Así, nunca se sabrá si Grimau cayó en manos de la policía franquista porque Carrillo deseaba deshacerse de él o simplemente porque el PCE no daba más de sí.
La invasión de Checoslovaquia por los tanques soviéticos enfrentó a Carrillo por vez primera con unas bases que no veían bien cómo legitimar una acción así simplemente porque derivara de las órdenes de Moscú. Apoyándose en Claudín, antiguo compañero de la guerra, y Semprún, el intelectual del PCE por eso de que, al menos, sabía idiomas, Carrillo adelantó las líneas maestras de una cierta renovación ideológica –no mucha– dentro del PCE. Semejante paso no significaba ni que fuera más flexible ni que tuviera intención de ceder el poder. En una secuencia extraordinaria de ¡Viva la clase media!, un José Luis Garci actor ponía de manifiesto cómo todos los activistas del PCE en España eran, a fin de cuentas, cuatro y el de la vietnamita, y la famosa huelga general pacífica que derribaría a Franco no pasaba de ser un delirio basado en el desconocimiento de la España que se pensaba redimir. Eran como los testigos de Jehová a la espera del fin del mundo, sólo que ellos esperaban que el paraíso vendría por la acción de unas masas entregadas al fútbol y a la televisión.
En un intento de cambiar el rumbo porque era obvio que Franco se iba a morir en la cama, Claudín y Semprún realizaron un nuevo análisis marxista de lo que sucedía. Carrillo hizo que los expulsaran del PCE tras una tormentosa reunión celebrada –y grabada– en el este de Europa, y en la que tuvieron que escuchar cómo Pasionaria, que sabía leer y escribir lo justito, los calificaba, a ellos, cabezas pensantes del partido, de "cabezas de chorlito". En adelante, Carrillo –retratado magníficamente en laAutobiografía de Federico Sánchez de Semprún– se dedicó a esperar el "hecho biológico" de la muerte de Franco mientras disfrutaba de la sofisticada hospitalidad de dictadores como Ceausescu e intentaba que los prosoviéticos como Ignacio Gallego o Julio Anguita –al que con muy mala baba calificó de "compañero de viaje"– no le estropearan el festín.
De regreso a España, soñó –nunca mejor dicho– con llegar a un "pacto histórico" con Suárez que le permitiera convertir al PCE en la fuerza hegemónica de la izquierda. Pero la España de los setenta no era la Italia de los cuarenta. Estados Unidos decidió que la izquierda fetén no podía ser un PCE que propalaba un eurocomunismo cocinado en las zahúrdas del KGB y, a través de Alemania, se dedicó a financiar al PSOE de un joven abogado sevillano que respondía al nombre clandestino de Isidoro.
En su intento por lograr lo imposible y además por someter el PCE a su control stalinista, Carrillo sólo consiguió soliviantar a unos militantes del interior que, más allá del mito, encontraron totalmente insoportables a los comunistas regresados. En los años siguientes, aquellos comunistas se pasarían en masa al PSOE y al nacionalismo catalán –en ocasiones, a ambos–, buscando una iglesia más sólida y caritativa que la comunista.
Las derrotas electorales –la testarudez de los hechos que decía Lenin– obligaron a Carrillo a abandonar la Secretaría General de un PCE ya destruido –¡gracias de parte de todos los demócratas, Santiago!– mucho antes de que se desplomara el Muro de Berlín. Amagó con regresar al PSOE, insistió en que era comunista hasta la muerte y, por encima de todo, sufrió la conversión en espectro sin haber muerto. Ese fantasma, solo o en compañía de personajes emblemáticos de la izquierda como Leire Pajín, siguió apareciendo como quejumbroso contertulio de radios y engañador en memorias que, en la época de ZP, apoyó desde el pacto con los terroristas hasta la ley de memoria histórica, seguramente soñando con ganar de una vez las mil y una batallas que perdió a lo largo de su dilatada vida.
Al final, como señaló Solzhenitsyn en las páginas de conclusión dePabellón de cáncer, desapareció de la Historia. Por desgracia, como también señaló el disidente ruso, lo hizo después de haber causado la desgracia de millares de personas.

El ejemplo del pueblo de Ricote


(imagen tomada de tvhoy.com)

Los vecinos de la localidad murciana de Ricote, mayoritariamente, han expresado su deseo de mantener el nombre de la Calle José Antonio Primo de Rivera.
El alcalde de este pueblo se ha mostrado sensible al deseo de sus vecinos y al de otros muchos españoles que durante estos días, le hicieron llegar sus peticiones en el mismo sentido.
La Fundación José Antonio Primo de Rivera, que también tuvo oportunidad de dirigirse al Sr. Alcalde, expresa su satisfacción por esta decisión.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Carta al alcalde de Ricote

(En apoyo a la mayoría de los vecinos de Ricote -Murcia- que desean mantener el nombre de José Antonio para una de sus calles, el Sr. Alcalde de la localidad está recibiendo numerosas cartas y correos electrónicos. De entre las que hemos tenido conocimiento reproducimos esta por su extraordinario valor testimonial y deseo de reconciliación definitiva entre españoles compartido por la Fundación José Antonio).



(Fotografía tomada del diario La Verdad de Murcia. Vecina colocando una pancarta en apoyo de la Calle José Antonio)

Sr. Alcalde de Ricote. Murcia:

 Con el debido... y mayor respeto, me dirijo a usted para rogarle que atienda a la mayoría del pueblo de Ricote que desea que perdure el nombre de la calle Jose Antonio.
Si Usted me lo permite, Sr. Alcalde, le diré... - con todos mis respetos- que la guerra que tanto mal hizo a los españoles, va para la cuarta generacuión que acabó, y pienso que ya es hora de que, respetando nuestras diferentes formas de pensar, nos demos la manos, unos y otros sobre todo, porque son poquísimos los que quedan ya de aquellos que, un día, cubrieron de sagre el suelo de España. 
Sr. Alcalde: Verdad es que se cometieron muchas barbaridades por ambas partes contendientes, pero creo que lo peor no fue lo que hicieran unos y otros; lo peor es el odio que engendró entre los diferentes bandos contendientes y que ALGUNOS, hoy día, tratan de mantener vivo...  por vaya usted a saber que razonamientos.
Verdad es que hubo muchas víctimas inocentes, viudas y huérfanos... y no cuento a aquellos que cogió en medio de la vorágine de los terribles acontecimientos... de entre los que está, la Persona  que da nombre a la calle que Usted quiere borrar.
Sr. Alcalde: El que le ruega que atienda a los vecinos que quieren que perdure el nombre de esa calle, es hoy un anciano de ochenta y un años, que perdió a su padre defendiendo la República; un tío y un hermano, como falangistas y a su madre de pena y dolor por la pérdida de un hijo y el hombre de su vida. Este anciano, conoció los fusilamientos que hicieran los Unos y lo Otros... y un sin fin de barbaridades, cada cual, de las más execrables. A este anciano Sr. Alcalde, le costó mucho ver que lo peor no es la guerra y sus secuelas, sino el odio que queda entre padres, hijos y hermanos.
¿No cree Usted Señor Alcalde que, es hora ya de que, si no hay olvido... haya al menos perdón? ¿No cree que es hora de que, por el bien común, aceptemos lo bueno que nos una y respetemos las diferentes formas de pensar de los demás?
A usted, Sr. Alcalde, le supongo un hombre joven político instruído, con la suficiente capacidad de razonamiento para entender que hoy día, las gentes quieren paz, justicia y progreso.
Por respeto a esa minoría, Sr. Alcalde, que desea que perdure el nombre de Aquel... que también fue un mártir de la barbarie, y para que se vaya borrando el odio, deje el nombre de la calle tal como está.
Mis respetoshacia Usted y mi agradecimiento si leyó mi súplica.

Fdo.: Francisco Sánchez Trigo.

sábado, 18 de agosto de 2012

Carta del Presidente de la FJA al Sr. Alcalde de Ricote (Murcia)


D. Celedonio Martínez
Alcalde de Ricote
30610 Ricote (Murcia)


Estimado D. Celedonio Martínez:
Me he enterado que, como alcalde de Ricote, ha aprobado recientemente en el Pleno Municipal la supresión del nombre «José Antonio» de una calle de su localidad. Como al parecer la decisión se ha tomado contra la voluntad de los vecinos de esa calle, alega usted en su disculpa que, a tan valerosa y arriesgada acción, le obliga la aplicación de la Ley de Memoria Histórica encaminada a eliminar símbolos y nombres que tenga que ver con el franquismo. Pero si acudimos al texto de la Ley nos encontramos:
Primero: Que su Exposición de Motivos se abre con la siguiente declaración: «El espíritu de reconciliación y concordia, y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas, que guió la Transición, nos permitió dotarnos de una Constitución, la de 1978, que tradujo jurídicamente esa voluntad de reencuentro de los españoles, articulando un Estado social y democrático de derecho con clara vocación integradora».
Y en su párrafo quinto añade: «Es la hora, así, de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia. Desde luego, a quienes perdieron la vida».
Y en su penúltimo párrafo se inicia: «En definitiva, la presente Ley quiere contribuir a cerrar heridas todavía abiertas en los españoles y a dar satisfacción a los ciudadanos que sufrieron, directamente o en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión de la Dictadura».
Segundo: Que en su artículo 1.1. dice«La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales».
Tercero: Que en su artículo 2. 1. dice: «Como expresión del derecho de todos los ciudadanos a la reparación moral y a la recuperación de su memoria personal y familiar, se reconoce y declara el carácter radicalmente injusto de todas las condenas, sanciones y cualesquiera formas de violencia personal producidas por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil, así como las sufridas por las mismas causas durante la Dictadura».
Cuarto: Que en su artículo 3.1. dice: «Se declara la ilegitimidad de los tribunales, jurados y cualesquiera otros órganos penales o administrativos que, durante la Guerra Civil, se hubieran constituido para imponer, por motivos políticos, ideológicos o de creencia religiosa, condenas o sanciones de carácter personal, así como la de sus resoluciones».
Parece pues obvio que una Ley que se inicia invocando el espíritu de reconciliación y concordia, y de respeto al pluralismo y a la defensa pacífica de todas las ideas, y que consagra todo lo anterior, no debiera alegarse precisamente contra quien fue condenado por un «Tribunal Popular», fusilado por sus ideas políticas un 20 de noviembre de 1936,y que en su testamento, pocas horas antes de su muerte, escribiera: «Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la patria, el pan y la justicia... Perdono con toda el alma a cuantos me hayan podido dañar u ofender, sin ninguna excepción, y ruego que me perdonen todos aquellos a quienes deba la reparación de algún agravio grande o chico».
Quizás usted, D. Celedonio, como tantos otros, sólo conoce de la Ley su artículo 15. 1, que bajo el título «Símbolos y monumentos públicos» se dedica a «la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura». Pero a menos que se posea una mente gravemente mermada para el desarrollo de los mínimos principios de la lógica, concluir que el solo nombre de José Antonio rotulando una calle, encierra y evoca en sí algún acto de exaltación al odio y al enfrentamiento entre españoles, únicamente encontraría explicación si se interpretase influido por una ignorancia supina sobre el personaje o, lo que es peor, fruto de un odio irracional que contradice frontalmente el pretendido espíritu de reconciliación  y concordia de la Ley.
Rectifique D. Celedonio, e infórmese objetivamente sobre la biografía de José Antonio, manteniendo su nombre en la calle. Que eso sí que será un signo de reconciliación y concordia, no sólo con la memoria histórica, sino con la verdad y la justicia de la Historia.
Cordialmente,
José Garate

martes, 14 de agosto de 2012

La «heroicidad» de los etarras (Por Miguel Ángel Loma)


Javier Rupérez firmaba este 25 de julio una Tercera titulada «Mi amigo Gregorio», donde recordaba muy cariñosamente al fallecido Peces Barba, con quien, a mediados de los sesenta del pasado siglo, compartiera ideología demócrata cristiana bajo la batuta de Joaquín Ruiz Jiménez. Por la amistad forjada en aquella época, se comprenden los múltiples elogios que el embajador repartía hacia el recién desaparecido, que más tarde se convirtiera en su adversario político desde el PSOE, donde Peces fue derivando progresivamente hacia posiciones de marcado sesgo anticristiano.
Sin embargo, cuesta comprender lo que escribía Rupérez al recordar aquellos años cuando su amigo defendía como abogado a etarras: «Todavía tengo en la memoria la activa participación de Gregorio... en la defensa de los terroristas de ETA, juzgados, condenados, y más tarde amnistiados en el llamado proceso de Burgos, cuando la violencia vasca estaba todavía teñida de la heroicidad que le otorgaba luchar contra la dictadura». Pese a que previamente mencionase a «los terroristas de ETA», ¡cuánto chirría encontrar expresiones como «heroicidad» e incluso la genérica y aséptica de «violencia vasca», en un fervoroso demócrata cristiano al referirse a los cobardes y criminales actos de los etarras! Esta confesada comprensión y disculpa hacia los terroristas etarras en aquellos años, no ya desde la izquierda, sino desde un ámbito demócrata cristiano, explica la larga vida del terrorismo separatista, la grave defección de gran parte de la Iglesia en el país vasco, y lo incoherente que puede resultar actuar en política bajo un apellido tan comprometido como el de cristiano.

domingo, 5 de agosto de 2012

Película Ispansi (Españoles





SINOPSIS


Poco después de estallar la Guerra Civil española, la República envió a 3.000 niños a Rusia para protegerlos de los bombardeos de los nacionales. Los primeros en salir fueron los niños de los orfanatos. Beatriz, hija de una acaudalada familia de derechas, cuyo padre y hermano eran falangistas, se quedó embarazada de un hombre que se negó a casarse con ella y decidió ocultar a su hijo en un orfanato de Madrid. Al enterarse del inminente viaje del niño a Rusia, roba los documentos de identidad de una republicana muerta (Paula) y se ofrece como voluntaria para cuidar a los niños. Emprenderá así un viaje terrible, rodeada de enemigos, y a miles de kilómetros de su país y de su mundo. En junio del 41, Hitler invadió Rusia. La continua llegada de tropas de refresco para la defensa de Moscú entorpece una y otra vez el viaje de los españoles. En una de estas paradas se les une Álvaro, un comisario político del Partido Comunista de España. (FILMAFFINITY)


CRÍTICAS



"Una metáfora de la concordia y armonía entre dos bandos incompatibles (...) la puesta en escena es aún más voluntariosa que su idea conciliadora y los retratos que hace son, aunque comunes, fuertes y eficaces. (...) Puntuación: *** (sobre 5)" (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC) 
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"Una historia sin malos ni buenos, sin vencedores ni vencidos, tan llena de personajes grises que pierde interés en el primer viaje en tren. (...) Puntuación: ** (sobre 5)" (Irene Crespo: Cinemanía)